martes, 22 de mayo de 2007

López de Maturana, Silvia - Mi experiencia en el PRIMA

Algunas reflexiones (o recuerdos) sobre el sentido de mi experiencia en el PRIMA

Silvia López de Maturana Luna
silvialml@gmail.com
La Serena, 09 de Junio del 2007

Comienzo a escribir desde mi historia en Prodebas, en los 90, en el que varios profesores y profesoras nos reuníamos para pensar la educación. La movilización pedagógica era activa, los ambientes se percibían modificantes y soñábamos una escuela diferente.

Recuerdo el viaje a Villarrica en donde germinó la idea del Prima, y, entre otros, los viajes diarios a Ovalle a las 6 de la mañana para realizar los talleres de mediación con los profesores de Monte Patria y Juntas. A esos talleres se sumaron muchos otros en distintos tiempos y espacios y con distintos profesores, con los que compartimos los cuadernillos de mediación creados por un grupo de profesores del que yo era una de sus integrantes. Otra de las experiencias imborrables son los aprendizajes adquiridos en las pasantías internacionales, entre otras: Ecuador, Colombia, Nicaragua, lugares en donde los profesores del Prima éramos tratados como autoridades educativas, mientras los niños de las escuelas agitaban banderitas chilenas para recibirnos. Que gran responsabilidad.

La experiencia del Prima nos unió en la amistad a tantos de nosotros quienes, no me cabe duda, siempre sabemos que “el otro” está allí cuando lo necesitamos. En el Prima comprobé que un trabajo en equipo es más que sólo un equipo de trabajo, y que el compromiso y la solidaridad crean fuertes lazos de amistad. Ellos y ellas son profesores comprometidos con la educación, razón por la cual se implican en “algo” por lo que vale la pena dedicar tiempos, espacios, y esfuerzos.

Por lo tanto, la experiencia del Prima ha sido para mí significativa y trascendente.

Significativa por el brillo de los ojos que siempre tienen esos profesores y profesoras, que muestra la pasión por educar; y trascendente por las huellas que dejan en los lugares por los que transitan. Varias de esas huellas están grabada en mi tesis doctoral que nace con las historias de vida de los buenos profesores del Prima. No dudé en elegirlos por su calidad de buenos profesores y profesoras que sueñan una educación distinta y tratan de llevarla a cabo en cada uno de sus espacios y tiempos educativos. Compartí con ellos sus historias, me conmoví con ellas, comprobé su profesionalismo, elaboré categorías de análisis para comprender mejor el acto educativo, razón por la cual reitero mis agradecimientos hacia ellos, y puedo decir, sin temor a equivocarme, que para ellos, como dice Paulo Freire, la educación, “Exige seriedad, preparación científica, preparación física, emocional, afectiva. Es una tarea que requiere, de quien se compromete con ella, un gusto especial de querer bien, no solo a los otros sino al propio proceso que ella implica”. Siguiendo con el mismo autor, quiero finalizar esta reflexión señalando que creo que quienes forman parte del Prima piensan que “Es imposible enseñar sin ese coraje de querer bien, sin la valentía de los que insisten mil veces antes de desistir. Es imposible enseñar sin la capacidad forjada, inventada, bien cuidada de amar”.

Pertenecer al Prima es un privilegio y un constante desafío que nos invita a ser cada día mejores personas y profesores.

Un abrazo a todos y todas los(as) compañeros(as) en este reencuentro en el Prima 2007.